Artículos

Lluvia seca: La negación israelí y las revueltas de Egipto

Escrito por Alejandro Abuámer Flores 31 Enero 2011

Podemos suponer que ha llovido mucho en Oriente Medio desde aquella famosa frase propagandista, refiriéndose a Palestina, de "una tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra" (con la cual se instaba a europeos de religión judía a emigrar a  una Palestina, en la ficción, inhabitada, en la realidad, con más habitantes por kilómetro cuadrado que el EEUU o la  Argentina de entonces), o desde la cita de Golda Meir (ex-presidente de israel) en la que atrevía a aventurar en 1969 que “No existe el pueblo palestino... Ellos no existen”, aunque, por lo visto, “los israelíes existieron siempre” (y eso que entonces Israel tenía apenas 20 años de edad).

En cambio, nada más alejado de la realidad. En Israel no ha caído una gota de lluvia. Siguen negando la existencia de los palestinos.

A continuación os muestro algunos ejemplos de este hecho:

Actualmente existe un muro (con tramos de 12 mts de alto) que encarcela Cisjordania, que impide la libre circulación de palestinos, que anexiona a Israel el 10% de Cisjordania, que roba importantes recursos naturales (hídricos sobre todo), que separa a pueblos palestinos enteros, a embarazadas y enfermos de los hospitales, a niños de sus colegios y a estudiantes de sus universidades. Israel justifica la construcción de este muro como “medida de seguridad”

Es cierto que en este último siglo no se han registrado atentados en Israel (aunque el gobierno israelí prefiera decir que “son víctimas y viven inseguros”, contradiciendo la realidad), pero a causa del muro, decenas de mujeres embarazadas mueren en las ambulancias de camino al hospital, por las horas que deben esperar en los “check points” (o puntos de control), decenas de niños, ancianos y otras personas son tiroteados por soldados que los consideran sospechosos, y aunque evita que ningún palestino pueda entrar armado en Israel, permite que los soldados israelíes campen a sus anchas por pueblos y ciudades cisjordanas, secuestrando a cualquier disidente o sospechoso, y matando ante la duda a cualquier inocente. Entonces, yo pregunto: “¿cómo pueden decir que este muro es de seguridad, o que evita muertes, a caso las vidas palestinas no importan? ¿Acaso no existen los palestinos?”

Otro ejemplo de más actualidad son las recientes declaraciones del presidente de Israel Simón Peres, referente a las revueltas acontecidas en Egipto. Sus palabras:
“Siempre hemos tenido y tenemos gran respeto por el presidente Mubarak. No decimos que todo lo que haga sea correcto, pero hizo una cosa por la que le estamos agradecido: mantener la paz en Oriente Medio”

Otro claro ejemplo del negacionismo israelí. Según Peres, “viven en paz”. Que Israel goce de paz, no lo pongo en duda (en este siglo no han muerto más de 30 israelíes en atentados, ójala pudiéramos decir lo mismo de España) , pero que Palestina goce de ésta, es totalmente falso. Entre sur del Líbano, Gaza y Cisjordania, miles de palestinos (más de 15.000) han muerto a manos (más bien obuses y misiles) israelíes en el mismo periodo de tiempo (a parte de miles de heridos y decenas de ciudades arrasadas),  ¿De qué paz habla? De nuevo vuelven a no tener en cuenta a los palestinos.

Según informa este lunes el diario israelí Haaretz, “Israel ha pedido a EE.UU., China, Rusia y varios países europeos que bajen el tono de sus críticas a Mubarak para preservar la estabilidad en la región”. Aquí podemos ver de nuevo el cinismo sionista, dicen “estabilidad en la región”. ¿Qué estabilidad tiene Palestina? ¿Varios años de asedio, bloqueo inhumano y bombardeo es estabilidad? Ya no hablemos de Irak. Además, ¿quiénes son ellos para pretender regular el tono de las legítimas críticas al dictador? Evidentemente se creen el ombligo de Oriente Medio.

En cualquier caso, es curioso cómo la que se autodenomina “única democracia de Oriente Medio” (ignorando la democracia del Líbano, Irak y, de nuevo, la palestina, y el hecho de que realmente Israel es una teocracia) apoye a un dictador (uno de los peores) como Mubarak. La democracia debe llegar así, desde dentro, con revueltas populares, no impuesta como en Irak… pero claro, a diferencia de Sadam, Mubarak es el principal aliado musulmán de Israel y EEUU, y éstos miran con otros ojos las atrocidades que comete, y la falta de derechos de sus ciudadanos… prefieren seguir apuntando a Irán. Siempre será más económico y estable comprar un dictador cada 50 años, que un presidente cada 4.

Esperemos que no haya injerencias extranjeras y dejen que la historia siga su curso lógico y natural.

Esperemos que triunfe la revolución en Egipto, y terminen con el régimen de Mubarak, y que se extienda a Arabia Saudí, Jordania y otros países árabes. Muchos no lo ven con buenos ojos porque, según ellos, pueden llegar islamistas al poder, pero pienso que llegue el que llegue, será democrático. Será elegido por el pueblo, nos interese más o menos a los occidentales. Aquí también llegan al poder gobiernos de extrema derecha y racistas y no por eso vamos a preferir una dictadura. ¿Acaso los árabes no tienen derecho a elegir quién los debe gobernar, a acertar o a equivocarse, o sólo los occidentales tenemos tal derecho?

Esperemos que el dictador egipcio no haga una masacre de manifestantes y acalle conciencias occidentales esgrimiendo que “sólo mató a islamistas”.

Esperemos…

Fuentes:

¿Te gustó este artículo? Compártelo