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Bescansa se lleva a su bebé al trabajo y suscita comentarios nada relacionados con el empoderamiento de la mujer y los derechos de los niños.
Una vez más, me sorprende parte de la sociedad española, la cual se escandaliza porque una mujer se llevó al trabajo a su bebé de 5 meses. Esta mujer es una diputada de Podemos, Carolina Bescansa. El lugar de trabajo es el congreso, donde al parecer iban a estar varias horas (más de tres).
Analicemos, para empezar, el caso desde un punto de vista lo más objetivo posible (sin tener en cuenta que esta señora pertenece al grupo político más examinado con lupa de España por medios de comunicación y por ende, por la sociedad en general) yendo punto por punto:
El lugar de trabajo no es nocivo, no se respira un ambiente contaminado, en el sentido literal de la palabra. El aire es de una calidad aceptable, el ruido no supera el nivel de decibelios admisible. Es un sitio apacible, existen sillones cómodos, por lo tanto, no hay ninguna pega para que un bebé lactante esté con su madre donde ésta desarrolla su labor.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), la Asociación Española de Pediatría (AEP) y la Asociación Americana de Pediatría (AAP) recomiendan alimentar exclusivamente con leche materna al bebé desde su nacimiento hasta los 6 meses de edad. No nos olvidemos de que somos mamíferos y esto significa que nuestras crías necesitan amamantar, por ello la madre es vital durante esta etapa. El padre no puede reemplazarla, su rol es otro (soporte y apoyo a la madre).
Además, la diputada comentó que no dejaba a su bebé en la guardería porque no cogía el biberón. Es una buena justificación pero es que el pecho no sólo nutre en cuanto a alimentación se refiere, sino también nutre cariño, amor, seguridad... Todo ello vital para la crianza saludable de un bebé, incluido su desarrollo psíquico.
Basándonos en la siguiente premisa, la cual numerosos estudios científicos y pediatras de renombre respaldan: “un bebé tiene la necesidad de estar cerca de su madre sus primeros años de vida”, podemos afirmar que a este bebé poco le ha importado estar rodeado de gente desconocida, poco le ha incomodado mamar delante de políticos, no le ha molestado ni tan siquiera el murmullo, ni las críticas hacia su madre (bueno, eso puede que sí, depende de cómo le haya afectado a su madre, transmisora de emociones al fin y al cabo). Al bebé lo que verdaderamente le importaba era estar con su madre, olerla, tocarla, sentirla cerca. Prefiere 1.000 veces antes estar con su madre mientras ésta trabaja que separarse de ella. La guardería no es una solución óptima; en todo caso, necesaria.
Existen también estudios donde se indica que las madres necesitan estar conectadas con sus bebés los primeros meses de éstos e incluso se habla de los 2 primeros años. Según lo dicho, la madre ha ganado con llevarse a su hijo al trabajo. Además, el vicesecretario del PP le ha preguntado a la número 3 de Podemos: ¿Cómo lo haces? Porque si llega a ser el mío no hubiera parado de llorar". De ahí se deduce que el bebé no ha pasado un mal rato, tampoco ha limitado el buen desarrollo del trabajo de la madre ni ha molestado a los demás trabajadores.
Como se ha explicado en las anteriores líneas, el bebé apenas se ha quejado, así que no ha causado molestia ninguna a los demás. Cierto es que ha podido suscitar envidias, comentarios poco apropiados pero que, de nuevo, nos descubren las verdaderas caras de muchos políticos y de un gran número de personas de a pie que parecen obviar o desconocer los derechos de los niños.
En otras sociedades (porque el principal problema de la nuestra es que sólo miramos las demás culturas para criticarlas, no para aprender de ellas) la mujer portea a su bebé desde sus primeros días de vida para llevarlo consigo a realizar sus labores, sean tanto fuera de casa como dentro de ésta. Por otro lado, no es la primera vez que una diputada va con su bebé al congreso: en Europa ya ha ocurrido, y no imagino a sociedades más avanzadas perder el tiempo en este tipo de hechos, a no ser que aprovechen tal suceso para mejorar los derechos de los niños y la situación de las madres.
También existen precedentes de españolas: en 2012, la senadora del PSC Yolanda Pineda llevó a su bebé al Senado, cuando se incorporó al trabajo tras su baja por maternidad.
Analicemos ahora el caso desde un punto de vista subjetivo, incluyendo comentarios y opiniones:
Son muchas las mujeres las que han criticado a Bescansa y también son muchas las que no estaban en situación de criticar. Recordemos que políticas como Carmen Chacón, Susana Díaz y Soraya Sáenz de Santamaría, entre otras, se reincorporaron al trabajo sin cumplir la baja maternal en su totalidad, de hecho Soraya ni siquiera respetó la tan delicada etapa de la cuarentena (la baja maternal se puede dividir entre el padre y la madre, esto no es un adelanto para la mujer sino un retroceso en sus derechos, pero las primeras dieciséis semanas son intocables). Estos hechos pasaron desapercibidos, nadie los criticó, a nadie se le ocurrió pensar en los derechos del niño, tampoco en la falta de respeto a todas las mujeres por no dar ejemplo y saltarse el permiso maternal más corto de toda Europa, manifestando la no necesidad de ese tiempo de tregua para recuperarse del parto, para ser consciente de la nueva situación, para seguir adelante con todo esos nuevos sentimientos y con las hormonas en busca del equilibrio. Además, ningún periódico analizó la incoherencia de estas políticas cuando se les llena la boca con la palabra IGUALDAD, con la palabra CONCILIACIÓN.
Carmen Chacón ha criticado a Bescansa, ella habla de la guardería, olvidando que una guardería poco o nada tiene que ver con el cuidado directo de una madre. También parece no recordar cómo no respetó el permiso de maternidad. Menos apropiado el comentario de una diputada de la coalición Canaria, que dijo que ella se incorporó al trabajo a los quince días de haber tenido a su hijo por cesárea.
Si estas mujeres, siendo trabajadoras de una institución pública, perteneciendo a la clase política (porque reconozcámoslo: en nuestra sociedad existen clases bien diferenciadas), y ocupando puestos relevantes, no se toman el permiso maternal, ¿qué le están diciendo al resto de las mujeres que sí se acogen?, ¿qué le están demostrando a las empresas?, ¿qué el permiso maternal no es necesario?, ¿qué la mujer no se encuentra en un estado sensible después del parto?, ¿qué nuestro futuro, los niños, no merecen estar con sus madres y ser amamantados?, ¿qué la igualdad es ser como los hombres, sin tener en cuenta las características de las mujeres que las hacen únicas, no respetándolas?, ¿acaso nos quieren demostrar estas mujeres que ellas son súper mujeres por incorporarse tan pronto al trabajo sin querer ser conscientes de las necesidades de una puérpera?
Otro argumento de estas mujeres, y de otras que no son políticas, es que “el Congreso no es un lugar apropiado para un bebé”. Sin embargo, por lo visto, “la guardería sí lo es”. Dicen que “son muchas horas encerrado en un mismo sitio”, ¿acaso, en la guardería, el bebé podría salir a dar un paseo? Además, al bebé lo que le importa es estar con su madre. También se atreven a argumentar que “el bebé fue de una mano a otra” (al parecer Pablo Iglesias lo acunó y le hizo alguna carantoña), y que “eso no es bueno para un bebé”, pero sin embargo sí es apropiado llevarlo a la guardería donde sí que estará entre desconocidas, lejos de su madre y, con suerte, recibiendo unos minutos de cuidados si se pone triste (en España está permitido disponer sólo de una cuidadora por cada 8 bebés; en otros países el número se ve reducido considerablemente).
Otros hablan de “instrumentalización de un bebé”… sí, esos que usan a las víctimas del terrorismo para ganar votos o mantenerse en el poder. No se percatan (o no quieren hacerlo) de que la diputada es de Galicia, por tanto su familia no está cerca. Tampoco tienen en cuenta que el bebé es menor de 6 meses y necesita del pecho para desarrollarse. Y además, visto lo visto, más que una estrategia política para aumentar la popularidad, parece haberse convertido en una desdichada y polémica noticia nada empática con el bebé.
La federación de mujeres progresistas ve la actitud de Bescansa “nada acertada”, preguntan por el padre, dicen que “eso no es igualdad”, “que se está vendiendo que la mujer no es independiente”, que “es la que se ha de hacer cargo del hijo”. La verdad es que es absurdo preguntar por el padre cuando el bebé tiene tan sólo 5 meses de edad. Es ilógico decir que la madre ha de ser independiente cuando ésta ha decidido libremente tener un hijo: un hijo que el primer año de vida depende totalmente de su cuidador principal, que la madre naturaleza ha decidido que sea la persona que lo parió.
La liberalización mal entendida es la de creer en una igualdad donde las mujeres sean iguales que los hombres, sin tener en cuenta las peculiaridades de cada uno. La igualdad es poder acceder a las mismas oportunidades, no es obviar nuestra feminidad, no es pasar por alto nuestras necesidades, no es demostrar que podemos con todo: recién paridas a trabajar, que nos desprendemos con facilidad de nuestro hijo, que somos independientes, ambiciosas…La igualdad es apreciar tanto al hombre como a la mujer, no ningunear a ésta última y seguir el juego al sistema patriarcal en el cual estamos inmersos…
Ascensión Iglesias, la presidenta de la Unión de Asociaciones de Familias ha afirmado que "queda mucho por hacer sobre la corresponsabilidad, que es lo que de verdad importa”. Ha cuestionado la actitud de Bescansa y ha dicho: "Me hubiera gustado más haber visto a un varón con un niño". Quizás está mujer sueñe con ver a un hombre amamantando a su hijo.
Creo que ya ha quedado bastante claro que la coherencia brilla por su ausencia con todo lo escrito anteriormente, pero podemos aún ejemplificarla con la actitud de Celia Villalobos, que vuelve a repetir cargo como vicepresidenta de la mesa del Congreso a pesar de haber sido cazada jugando con la tableta mientras se suponía que trabajaba. Aún con ese historial, se acercó a Bescansa y le informó de que había una guardería en el congreso y que podía dejar a su bebé allí. Ella también podría haber jugado en un salón de juegos de su barrio o en su casa tranquilita, en vez de hacerlo mientras ejercía su cargo.
Otro que se apunta al carro de criticar es el señor Carlos Salvador, de UPN, el partido con el que PP se presenta a las elecciones en Navarra. Este hombre ha escrito en su cuenta de Twitter: “Podemos, si tanto les importan los niños, podrían empezar por dejarles nacer y ayudar a quienes lo necesitan para que nazcan”. La verdad que es oportunismo puro lo de este político, su comentario también puede aplicarse a él mismo: si tanto le importan los futuros niños (aludiendo al famoso derecho del “concebido y no nacido” de Gallardón), entonces, ¿por qué critica una actitud que favorece a un niño concebido y nacido?
Estos son comentarios de políticos que quizás no sean del todo fiables porque su principal objetivo es sacar tajada y adelantar a su rival, pero lo triste es que muchas mujeres, no relacionadas con la política, opinen desfavorablemente hacia el hecho de llevar al hijo al trabajo. Estas mujeres alegan que ellas no han podido, que ellas se han incorporado al trabajo y han dejado sus hijos de 4 meses en guarderías, o en manos de su padre. Estas mujeres, seguramente, sientan envidia porque ellas tuvieron que separarse de sus hijos, porque el sistema competitivo en que nos movemos nos insta a eso, a separarnos de nuestras crías aún sintiendo que no debemos hacerlo. Estas mujeres prefieren seguir engañándose y pensando que lo que ellas hicieron fue lo adecuado y no ven avance en que una diputada se lleve a su bebé al trabajo. No ven un cambio, una oportunidad futura para sus hijas, para sus nietas. Estas mujeres saben que lo correcto es no separarse de sus bebés pequeños, lo saben pero se vieron obligadas a hacerlo, y por ello se autoconvencen de que eso es lo había que hacer. No creo que tengan que sentirse mal por haberlo hecho de ese modo, todos sucumbimos a esta sociedad donde prima el bien material, pero no me parece ético criticar a una mujer que intenta compartir la necesidad de una madre y la de un hijo de estar unidos.
Pienso que, como madre de un bebé de 8 meses y habiendo renunciado a mi puesto de trabajo por no encontrar la ansiada conciliación que venden los políticos, muchos trabajos permiten la presencia de bebés. Creo que a los bebés se les aparta de la sociedad como si fueran un estorbo y, con ellos, a las madres que quieren ejercer plenamente como madres. En mi opinión, sin entrar a valorar si estamos ante una estrategia política de Podemos o de los contrarios, es un paso importante que se debata la presencia de bebés en el trabajo, la necesidad de bebé y madre de estar unidos, la lactancia materna y la escasa baja maternal española, pero es triste que este hecho no promueva un debate constructivo sino lleno de envidia, donde lo que menos importa es el bebé, aunque se quiera demostrar lo contrario. El ser humano parece obviar que inevitablemente somos mamíferos y que, aunque avancemos tremendamente desde el punto de vista tecnológico, seguiremos siendo mamíferos y nuestras crías necesitarán esa crianza con apego a la que hacía alusión la diputada número 3 de podemos. Es la única forma de cambiar el mundo, invertir tiempo en nuestros hijos, darle todo el cariño que nos pidan y responder a sus necesidades.