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Actualmente, con los nuevos enfrentamientos entre la policía armada marroquí y los saharauis, entiendo que los neoconservadores españoles y gran parte de los derechistas se encuentren en una tesitura importante, de la cuál sólo podrían salir mediante propaganda o calladitos y de puntillas.
Por un lado, el agresor es Marruecos: un país musulmán. Bien sabido es la islamofobia imperante entre la nueva derecha española.
Por otro lado, Israel oprime de forma mucho más salvaje a los palestinos, y bien sabido es el prosionismo/proisraelísmo que causa furor entre esta derecha.
Apoyar a Marruecos en este nuevo episodio de pisoteo de los derechos humanos de todo un pueblo, supondría apoyar a un país musulmán. En cambio, situarse en contra de tal atropello, supone ser un inconsecuente como prosionista.
No me gustaría estar en su pellejo, ya que cualquiera que posea la capacidad de llegar a analogías podrá ver cómo, elijan la opción que elijan, saldrán trasquilados.
Si algo es reprochable a la actual derecha española es la falta de principios. Esto les pone en peor situación que la derecha franquista, que tenía unos principios más claros y marcados (y hacía más por seguirlos).
La actual derecha española defiende con uñas y dientes la globalización, pero no les gusta ver inmigrantes por nuestras calles: si no trabajan… "que se vayan de España: aquí se viene a trabajar". Si trabajan… “que no nos quiten los puestos de trabajo"
Apoyan las tradiciones religiosas y abogan por un respeto a "nuestra cultura e idiosincrasia" como los toros, pero blasfeman contra la religión musulmana y cualquier costumbre no occidental que intente llevarse a cabo dentro de nuestras fronteras.
Disfrutan como enanos cuando empresas españolas como Repsol o Telefónica dominan el mercado sudamericano, pero se oponen a que una empresa rusa compre parte de Repsol, exigiendo al gobierno que lo impida.
Exigen a HB que condene la violencia, pero ellos apoyan o justifican masacres como la de Gaza (Palestina) o Irak.
Luchan porque no se pierdan las tradiciones y ven como un peligro la entrada de otras culturas. En cambio celebran Halloween, Papá Noel y, si por ellos fuera, celebrarían hasta el día de Acción de Gracias... por otro lado no ponen impedimentos a la proliferación de pizzerías y hamburgueserías por todas las ciudades; o que la inmensa mayoría del cine emitido en nuestras salas sea norteamericano (de hecho no suele gustarle el cine español)
Se rasgan las vestiduras cuando oyen hablar del aborto, ya que consideran que “es un asesinato”. En cambio no ven con malos ojos las intervenciones militares en Afganistán o Irak, donde sin lugar a dudas, matan a miles de niños, mujeres y hombres...
Si por ellos fuera, no existiría la posibilidad de divorcio, aunque sean los primeros interesados en divorciarse.
Critican sin miramiento la libertad de culto, oponiéndose a que las mujeres musulmanas usen velo (con el que tapan su pelo), ya que lo consideran que las reprime, pero nunca los veremos en manifestaciones contra la prostitución o la pornografía, donde la mujer es vejada de formas inimaginables.
O criticando el hecho de que España sea uno de los primeros países del mundo que más cirugía plástica se practica...
Claro está que en este caso es por dinero (prostitución/pornografía) o supuesta belleza (cirugía), no por religión. Ellos dirán que “las occidentales son libres de hacer lo que quieran”... igual de libres que las musulmanas... Dirán que “las musulmanas están influenciadas”, al igual que pueden estarlo las prostitutas o actrices porno. Al igual que pueden estar la mujer occidental acosada por la moda occidental y el culto al cuerpo.
Sólo se me ocurre que se opongan a la opresión marroquí por el absurdo motivo de que “Marruecos es un país gobernado por un dictador”... en cambio "en israel hay democracia" (obviando que éste se autodenomina "un país judío para judíos" y que en su bandera así lo recuerda, y que una teocracia jamas puede ser democrática) Contra este tipo de pseudo argumentos poco podemos decir...
Ya sabe Marruecos lo que debe hacer para masacrar en paz: democratizarse.