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Los gerifaltes que nos han colocado,
no están a nuestra altura, no están a la altura de las circunstancias y,...
ni de lejos están, a la altura de la humanidad:
o no se enteran o no se quieren enterar de qué está en juego.
Siguen pasándose la pelota de uno a otro,
Unos llenándose, después de dos años, la boca de la palabra "genocidio",
para después nada,
y otros negándolo, justificándolo, minimizándolo o defendiendo al verdugo.
Se creen que esto va de ellos, que siguen siendo el foco,
que su papel se resume a seguir ostentando poder, algo de control y dinero...
Y, una vez más, la mayoría de medios, siguen acercándoles los micrófonos y cámaras
a las personas equivocadas,
a los deportistas de élite, a los políticos de siempre, a los famosillos de turno,
tocando, de vez en cuando, ahora, de perfil, el genocidio
con algo más de importancia que cuando solo era la "guerra israel-hamas"...
Y es, una vez más, el pueblo el que tiene que tomar las riendas, el que tiene que partirse la cara,
el que tiene que mostrar su enfado y gritar, sin micrófonos, hasta quedarse sin voz,
solo para exigir que se cumpla el más mínimo derecho internacional,
las resoluciones de la ONU, que se rompan relaciones con un estado genocida.
Algo que no tendría ni que ser votado ni aprobado, que tendría que ser automático,
al igual que no se vota para decidir si un asesino va o no a la cárcel.
Que no intenten convertir en algo opinable o una muestra de valentía
romper el comercio armamentístico con unos criminales,
a no ser que en realidad no gobiernen en temas importantes, y entonces estamos hablando de otra cosa.
Ahora mismo una flotilla de 20 embarcaciones está marcando un hito histórico:
están enfrentándose a pecho descubierto al 4º ejército más poderoso del mundo,
apoyado por el primero.
Se enfrentan a unos asesinos en serie endiosados y psicópatas,
que han amenazado directamente y acusado de terroristas
y, ni aún así, nuestro gobierno es capaz de protegerlos con nuestro ejército,
supuestamente de defensa.
Y ni aún así los medios se niegan a darle la cobertura y y seguimiento constante que merecen.
¿Qué otro uso puede haber más importante y loable que este?
Cada vez más, se fuerza a que se rompa este status quo injusto, vil e hipócrita,
en una u otra dirección, y muchos se creen que cuando ocurra, podrán seguir parasitando como siempre.
Pero espero que empiecen a tomar ya medidas concretas y valientes,
porque tarde o temprano, los cobardes serán señalados y apartados,
Pues no sirven ni para ni una ni para otra causa.
Este es un momento clave para el futuro de la humanidad,
y muchísimas personas tenemos claro que no nos vamos a quedar simplemente mirando
o conformarnos con que nos digan lo que queremos oír.
La causa de Palestina es la causa de la humanidad, y no valen medias tintas.
Fotografía: El Salto Diario